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El chiste de Martín
Caminaba un viejito por el bosque cuando escuchó una débil voz a sus pies...
Se agachó y descubrió que quien le hablaba era una ranita:
"Soy una princesa hermosa, erótica, fogosa y sensual, diestra en todos los placeres de la carne y el amor.
La reina mala, envidiosa de mis encantos, me convirtió en rana, pero sí me das un beso volveré a ser bella.
Entonces te daré todos los goces y deleites que mi escultural cuerpo y mi sexualidad puede producir.
"Sin decir nada, el viejito levanta la rana, se la pone en el bolsillo y sigue su camino.
..Desconcertada, la ranita asoma la cabeza y le pregunta:. "¿Qué?, ¿No me vas a besar??"-".
¡Por supuesto que no!", respondió el anciano...
"A mi edad es mucho más divertido tener una rana que habla, que una loca, maniática sexual y que encima me va sacar mi jubilación…


Periodista de Radio Dos