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La congestión y el caos se reparan con una "nueva" ciudad
Para ello no es necesario perder las raíces que defendemos los correntinos. Necesitamos una capital de provincia con impronta de los fundadores, pero adecuada al Siglo XXI que se escapa. Práctica y amigable.

La aplicación del "horario extendido" en las escuelas dejó al centro de la Ciudad de Corrientes sumergido en un tránsito más caótico del habitual. Provocó serias dificultades para quienes estábamos acostumbrados a los tiempos del año pasado.
El 28 de febrero nos encontramos con inmensas filas de vehículos en los alrededores de los establecimientos escolares, una hora antes de lo habitual. Un recorrido de 20 minutos se convirtió en una hora. Quedamos atrapados en un "mar" de vehículos y aturdidos en el bullicio de las bocinas que sorprendieron a los vecinos de la zona. Sin olvidar que las "funciones" se repiten otras dos veces al día con "directores" de obra que no encuentran la solución.
Para que nadie se haga el desentendido ni el distraído, los últimos son nuestros funcionarios. Las distintas áreas y jurisdicciones necesitan trabajar articuladamente para prevenir los cambios con información clara y breve a los vecinos de la ciudad. Vivimos la "explosión" de la comunicación pero pareciera insuficiente o mal empleada.
La información pública necesita replantear su estrategia para un resultado óptimo. Es común escuchar a funcionarios decir que los detalles de una medida "están disponible en los sitios y redes oficiales". Mientras tanto, "el pueblo quiere saber de qué se trata", igual que en 1810. Puede ser falta de costumbre, conocimiento de uso, conectividad o error de sus administradores.
El tímido proceso estructural de descentralización iniciado con el "centro administrativo" parece convertirse aceleradamente en una solución coyuntural. Desde sus cimientos, llamó la atención que se haya emplazado a sólo 50 metros del cuadrilátero conformado por "las cuatro avenidas". Y se ubica a esa misma distancia de un corredor vial que a pocas cuadras desemboca en un puente interprovincial con tránsito internacional.
Sería más conveniente en un punto geográfico equidistante para facilitar el acceso a todos los habitantes.
Los síntomas de saturación ya se observan en torno a la mole de vidrio, metal y cemento con uno de sus lados en la calle más angosta de la ciudad. Sin olvidar los días hábiles, el tránsito vehicular ya se vuelve complejo los fines de semana en Ramón Carrillo (Exvía) para usuarios que recurren a los cajeros automáticos. Su previsión no fue suficiente para quienes tienen vehículo y menos aún para los que se movilizan en transporte público. Estos últimos necesitan combinar colectivos para realizar trámites no siempre sencillos.
Uno de los poderes del Estado provincial que menos avanzó en la descentralización es el Judicial. Sus intentos son casi vanos si miramos el resultado del año pasado con la habilitación de la "oficina judicial" (OFIJU) en calle Jujuy al 800. Un edificio muy concurrido al ser destinado a la implementación del nuevo Código Procesal Penal.
Por otra parte, también es necesaria una mirada integral de las autoridades para el reordenamiento vial y edilicio de la Ciudad de Corrientes. Los vecinos más alejados del microcentro reclaman la presencia de inspectores de tránsito en los colegios de sus barrios.
Su realidad les lleva a realizar llamativas lecturas. Sospechan discriminación al implementarse el programa municipal "Entorno Seguro" porque ven agentes viales colaborando en instituciones privadas, pero ausentes en las públicas. Los accidentes o siniestros viales más graves están ocurriendo en los barrios. Allí, el cumplimiento de las normas de tránsito se volvió más "flexible" por la desidia de los conductores y la ausencia de controles.
Hay que convocar a todos los sectores involucrados. Una ciudad universitaria no puede desperdiciar y tampoco rechazar los conocimientos profesionales de vecinos dispuestos a colaborar para minimizar errores.
Sólo los invito a mirar capitales vecinas que construyen "Nuevas Ciudades" sin perder identidad.