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Un peligroso mensaje que estamos a tiempo de prevenir
El uso civil sin control de armas de fuego se escucha, propone y/o solicita con frecuencia. Antes de implementarlo, miremos antecedentes.

La globalización informativa ayuda a conocer el mundo. En las últimas semanas nos consternamos por países donde la portación civil indiscriminada es legal o, si no fuera así, penetró el mensaje de referentes para usarlas en defensa de la inseguridad. Parecieran hacerlo sin advertir que la falta de control y, más aún, de capacitación, lleva a un abuso que deja consecuencias gravísimas, incluso, la muerte. Solo repasemos algunas estadísticas.
En Estados Unidos crecieron un 40% los tiroteos comparando los primeros cuatro meses de este año con los de 2022. Registran el doloroso promedio de un muerto cada dos horas. Y también ocurrieron hechos que no fueron masivos, pero incomprensibles por el resultado.
Una joven iba a un cumpleaños y murió cerca de Nueva York al ingresar a una finca equivocada porque su dueño le disparó a quemarropas. Otro caso, ocurrió en Florida cuando una niña terminó herida al ir a buscar la pelota al patio del vecino que le terminó disparando.
En Brasil hubo varios ataques con muertos y heridos. Lo más llamativo es el uso de armas blancas, desde cuchillos hasta un hacha, como sucedió en una guardería con el crimen de cuatro bebés. El Gobierno activó un protocolo de control. Incluye millonarias multas a las redes sociales si no regulan eficazmente los mensajes de violencia.
Y no caigamos en la sensiblería de pensar que es un ataque a la libertad de expresión. Las regulaciones ordenan la democracia y, más aún, cuando no se trata de un juego y un sector de la sociedad no reconoce lo que está bien y lo que está mal.
Ahora miremos un poco a nuestro alrededor, Argentina y Corrientes. No cometamos el error de otras situaciones que se escaparon de las manos prejuzgándolas como casos aislados. Que se conviertan en antecedentes para prevenir tragedias. En las últimas semanas hubo varios casos de alumnos armados en establecimientos educativos de Buenos Aires y Rosario. Algunos con armas de juguetes, otros de verdad. También, hace poco tiempo, hubo un tiroteo en una canchita de fútbol con un adolescente muerto en el conurbano.
En Corrientes ya son frecuentes los videos de enfrentamientos con armas. Desde un "potrero" de fútbol (barrio Pirayuí) a un conflicto vecinal con un hombre exhibiendo un cuchillo (barrio Quintana)
Tampoco olvidemos casos más graves. Nahuel Pedemonte es un joven "condenado" de por vida a la silla de ruedas en el barrio Molina Punta y Cristian Argentino fue asesinado, a sus 40 años, por una discusión de tránsito en el cruce de avenidas Alfonsín y Pomar. Ambos casos con armas de fuego.
No nos quedemos contando víctimas porque nos terminará pasando como al hombre de Estados Unidos que preside una ONG. Hace 20 años recordaba el nombre de cada fallecido, hoy le es imposible por la cantidad de hechos sucedidos.
Estamos a tiempo y hay alternativas para prevenir. Y no crean que la mayoría de la sociedad demanda soluciones facilista como algunos proponen. Al contrario, exige dirigentes y gobernantes comprometidos con la paz social.
Parece una definición que excede a la problemática, pero estoy seguro que no es así. Cualquier germen de violencia solo engendra más violencia. Sino lo atacamos con métodos idóneos, la paz social se verá alterada.
Tengamos en cuenta que hay una porción de habitantes que no comprende las reglas para alcanzar sus "metas". Así tenemos docentes agredidos por padres que obligan a firmar una libreta de AUH aunque su hijo no haya cumplido los objetivos básicos.
También vimos a un niño que le dice a la profesora "yo sí que te aplico mafia" y terminó llevando un arma al aula. O los padres que enseñan a un chiquito de 6 a usar un hacha. Videos que terminan siendo ejemplos y "escuela" de aprendizaje.
Hay dirigentes que proponer portarlas sin fijarse en el "precio" de las consecuencias. Sin pensar que la sola publicidad de campaña, como la de un candidato a gobernador en Tucumán, "sirve" para que alguien quiera usarlas antes de ganar las elecciones.
Pareciera que a esos dirigentes no les importa si son víctimas o victimarios. Solo intentan sacarse el problema de encima a al menor costo posible. Pareciera que entienden al Estado "ausente" como política de Estado. Se olvidan de su función para orientar, conducir y defender a la sociedad.
Trato de pensar que los políticos que pregonan o deslizan el uso de armas lo hacen por desconocimiento y no por una perversa "ideología" de un Estado desentendido de los problemas de la gente.
Además, considero que no están preparados y que incluso no aprendieron de la historia o simplemente son "analfabetos informacionales". Una categoría creada por la UNESCO que pareciera ir más allá de los sectores etarios apuntados por el organismo internacional.