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Animales sueltos: un peligroso obstáculo para las vacaciones
Son frecuentes los siniestros viales causados por el ganado. Falta compromiso de los productores y presencia del Estado para vigilarlos.

Las vacaciones de invierno son esperadas para visitar a familiares o encontrar un descanso reparador en diferentes lugares de Corrientes o el país. A las dificultades de la economía, hay que sumarle los contratiempos que se presentan en nuestras rutas inseguras.
Esta vez, no se trata de un reclamo de infraestructura ni de grandes inversiones que la macroeconomía nos impide tener. Con bastante más austeridad, y el compromiso de los sectores involucrados, se puede conseguir el manejo seguro de la producción ganadera.
La semana pasada hubo dos siniestros viales durante una misma madrugada cerca de Ituzaingó por la presencia de caballos sueltos. El primero tuvo como protagonista a un colectivo de larga distancia y el siguiente a una familia que viajaba en camioneta.
Los pasajeros del transporte y sus choferes salieron ilesos a pesar de la demora ocasionada. Los segundos, como decimos coloquialmente, "la sacaron barata" porque, pese a ser hospitalizados, solo fue para controles.
Pero en corrientes sucedieron hechos graves por la presencia descontrolada de todo tipo de ganadería. Posiblemente no sea el problema principal de una inseguridad vial que desde 2019 no deja de aumentar, año a año, en cantidad de muertos. Pero si es un eslabón más de la problemática y bueno sería ocuparnos de minimizar su fatalidad.
Quizás atendiendo individualmente cada causa, se logren resultados más favorables para defender la vida humana. En lo que va de 2023 ya tenemos casi 70 muertos y un número significativamente superior de personas hospitalizadas que colapsan las Emergencias. Así lo advierte reiteradamente el director del Hospital Escuela de la ciudad de Corrientes.
La problemática de los animales sueltos necesita el compromiso de todos: autoridades (nacionales, provinciales y municipales), fuerzas de seguridad, direcciones de Vialidad, concesionarias de peaje, productores ganaderos y automovilistas.
No se observa con frecuencia un operativo ante cabezas de ganado individualmente sueltas y tampoco por rebaños o tropillas descontroladas. El problema está en rutas de todas las jurisdicciones. Pavimentadas, enripiadas o de tierra. En cada una, hay uno o varios peligros latentes.
De todas formas, hay una responsabilidad exclusiva de los ganaderos: el mantenimiento de sus alambrados. Son los primeros encargados de tener bajo control a sus ejemplares. Deben asumir esa tarea o las autoridades tienen que exigirles a que lo hagan.
Para eso se necesita el trabajo preventivo de los funcionarios y el PRIAR puede facilitar esa tarea. Es una división de la Policía de Corrientes destinada al ámbito rural y con su patrullaje periódico puede advertir y/o sancionar a los desaprensivos propietarios.
También es necesario trabajar con las organizaciones ruralistas. Pueden ayudar a concienciar a los productores sobre los contratiempos judiciales. Deben saber que, un descuido o falta de apego a la legislación vigente, tiene consecuencias.
Tampoco se necesita discusiones infinitas sobre jurisdicción para determinar quién debe actuar ante la presencia de animales sueltos en la vía pública. Todos deben colaborar para evitar que se transforme en un problema mayor.
Destaco el accionar de un efectivo de la policía de Corrientes que hace algunas semanas "sorpresivamente" me demostró su compromiso. Fue en el control del acceso a San Carlos, en Ruta Nacional 12, a escasos kilómetros de Misiones.
A las preguntas de rigor, también me consultó si vi animales sueltos. Un ejemplo plausible que, de no ser aislado, podría convertirse en un párrafo exitoso de la política de seguridad vial. Lo mismo no sucede en la garita de Laguna Brava mientras el ganado pasta, a escasos kilómetros, en las banquinas de la futura autovía.
Ese compromiso tampoco se observa en las direcciones de tránsito municipales. Sin ir lejos, en Capital tenemos un problema grave con los caballos sueltos. Y su involuntario protagonismo, ya dejó víctimas en graves escenas de la inseguridad vial.
Hoy nos referimos a la producción ganadera pero tampoco olvidemos que nuestra fauna autóctona esta desprotegida. La política ambiental pareciera que no contempla el tránsito seguro de los animales silvestres.
Hace mucho tiempo las organizaciones ambientalista reclaman la construcción de "puentes verdes" para permitir su desplazamiento. No es una mega ni lejana obra de infraestructura. Misiones los tiene hace tiempo y con resultados favorables.
Que los animales sueltos no sean sinónimo de tragedia para los turistas que nos visitan o cruzan por Corrientes. Pensando en la defensa de la vida, asumamos que tenemos un problema y entre todos colaboremos para erradicarlo.