En su vuelta a la actividad pastoral, Stanovnik pidió "por la paz y la unión de nuestra Patria"
El arzobispo de Corrientes, Andrés Stanovnik, presidió ayer la misa de apertura del Año Mariano en Itatí. Al igual que en la celebración central que se realizó en Luján, se elevaron plegarias por la Patria, la unión y la paz.
Una multitud acompañó la actividad en la tierra de la Virgen Morena, que además celebró los 404 años de su fundación. Llegaron peregrinos de otras localidades correntinas y también de provincias y países vecinos. Caminando, en bicicleta, en lancha, colectivos y vehículos particulares, todos los medios fueron utilizados para llegar a los pies de la Virgen en esta ocasión tan trascendental para los católicos.

En la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, que se celebra cada 8 de diciembre, comenzó el Año Mariano nacional, dispuesto por la Conferencia Episcopal Argentina para conmemorar los 400 años del hallazgo de la sagrada imagen de la Virgen del Valle, venerada en todo el país. Además, la Iglesia concede indulgencia plenaria a aquellos que visiten templos marianos hasta diciembre del año próximo. El jubileo incluirá la realización del IV Congreso Mariano Nacional, previsto desde el 23 hasta el 26 de abril en la diócesis de Catamarca.
Esta celebración significó la vuelta de Stanovnik a las actividades pastorales, tras cuatro meses de ausencia. En julio pasado, en Buenos Aires, se le practicó una operación en la lengua y luego fue sometido a un tratamiento de radioterapia.
Fue ovacionado al ingresar a la Basílica junto a otros sacerdotes. Hubo un extenso vitoreo, al que el prelado respondió con saludos y una pronunciada sonrisa.
En su homilía, recordó que todo el pueblo argentino fue convocado para rezar juntos por la Patria, por la paz, la superación de las heridas del pueblo y la unidad de todos los argentinos.
“El deseo de María, madre del pueblo, madre de hijos y de hermanos, coincide con el deseo de su hijo Jesús, quien nos revela cuál es la voluntad del Padre: vivir como hijos de Dios y hermanos entre todos. Eso es posible gracias a María, que nos entregó a Jesús para que estrechamente unidos a él, y mediante su gracia, seamos testimonio de unidad, jamás renunciemos al diálogo, trabajemos incansablemente para incluir a todos y seamos constructores de puentes y lazos de amistad en el matrimonio, en la familia, en el trabajo, en la función pública, y especialmente allí donde se han fabricado distancias, desconfianzas, enfrentamientos y odios. Nuestro presente y nuestro futuro serán aquellos que sembremos hoy”, señaló.
Luego pidió a la Virgen protección “de todos los peligros, especialmente del peligro de la división y la discordia en nuestro pueblo y en los pueblos hermanos del continente”.
A lo que agregó: “Te pedimos muy especialmente que pongas entre tus tiernas manos a nuestras familias y las cuides; protege a nuestros pobres, a todo nuestro pueblo, y a los que nos gobiernan”.
En la oportunidad se realizó el relato del libro del Génesis y a propósito el Arzobispo señaló: “Eva y Adán cedieron a la tentación de descartar a Dios de sus vidas y hacerse un proyecto propio, creyendo que así serían más felices. No pasó mucho tiempo para que esa convivencia se desmoronara y empezaran a buscar un culpable de su desgracia. Así sucede cuando pretendemos vivir sin Dios. Pero, a pesar de nuestra indiferencia, Dios no nos abandona. Él hallará el camino para que volvamos a encontrarnos con su amor”.
“María es esa mujer que, con su sí inquebrantable y fiel a la voluntad de Dios, aplastó la cabeza del mal. Gracias a esa respuesta firme y total de ella a Dios, el mal no tiene futuro”, manifestó.
INDULGENCIAS PLENARIAS
La Penitenciaría Apostólica, por especial mandato del papa Francisco, concedió la indulgencia plenaria para “todos aquellos que a lo largo del año visiten un santuario mariano o cualquier templo dedicado a la Virgen en todas las diócesis de la Argentina, cumpliendo con los consabidos requisitos para alcanzar esta particular gracia divina”.
Asimismo, concedió que los obispos miembros de la Conferencia Episcopal de Argentina puedan impartir la “bendición papal” tras las misas de apertura y cierre de las celebraciones jubilares del Año Mariano. “Los fieles que recibiesen devotamente la bendición papal, incluso si por un motivo razonable no se encontrasen presentes en la celebración de los sagrados ritos, podrán conseguir la indulgencia plenaria a tenor del derecho, con tal de que, con piadosa intención, hubiesen participado de los mismos a través de los medios televisivos o radiofónicos”, subrayó en la notificación.
Fuente: Norte de Corrientes