Tomando distancia: Ya llegará el tiempo de los abrazos
Alejados, al menos en lo físico. Resguardándonos por nuestro propio bien, aún a sabiendas que con ello –al menos por ahora- perdemos la esencia misma de mostrarnos afectuosos, demostrativos.
Esta pandemia, como cada nueva situación extrema que aparece en nuestro mundo global, nos obliga a tomar decisiones que pueden estar lejos de nuestra habitualidad. Y eso –obviamente- nos atemoriza, o al menos nos pone ‘en defensiva’.

¿Si por naturaleza no somos así…. Deberemos cambiar?... ¿Lo que nos pasa, es temporal…. O habrá que cambiar los hábitos para evitar males mayores desde ahora y para siempre?...
Estos son interrogantes que si bien podrían ser respondidos por especialistas nos ubican en el ahora ante una imagen que empieza a hacerse raramente común: alejados, sin abrazos ni apretones de manos, con saludos fríos y a distancia.
Temor, incertidumbre, desconocimiento. Todo se mezcla en una convivencia diaria que no estamos acostumbrados a vivir. Es que aún sin conocernos y más allá de las costumbres que fueron cambiando con el tiempo, por éstos lares seguimos siendo ‘tocones’, nos gusta encontrarnos, hablar aún con quienes desconocemos.
Y aunque hoy ésta parece ser la imagen obligada –distancia, silencio, saludos a lo lejos- sería bueno rebelarnos ante las imposiciones, y no por ser irresponsables y pocos cuidadosos sino en la genuina razón de sentir lo que somos.
Claro que, en el mientras tanto, seguiremos alejados. Ya llegará el tiempo de los abrazos…
Por Leandro Fabián Espinoza