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Por Reino Corrientes, Por Trono Itatí
Pocos pueblos viven la religiosidad tan intensamente como el nuestro. Corrientes se cubre bajo el manto de su virgen protectora, la Señora de Itatí y la venera fielmente.La honra a diario, se encomienda a ella en cada amanecer y se acerca en peregrinación cada 16 de Julio, día de la coronación Pontificia, llevando toda su fe a cuestas hasta el lugar que ella eligió como suyo, Itatí.
Es imposible pensar este pueblo sin su Virgen. De hecho, este pueblo existe porque la voluntad de la virgen fue habitarlo. Su imagen desaparecía de Taba cué, y aparecía río arriba junto a las rocas calizas, logrando que todo un pueblo se mudara siguiendo la intención de la Virgen, iniciando así la historia de Itatí, en 1615. Desde entonces se ha convertido en lugar de peregrinación donde acuden miles y miles de peregrinos.

La figura de la basílica se ve desde lejos recortando el cielo, se agranda cada vez más y asombra verla de cerca, por sus dimensiones, por su desmedido tamaño con respecto al entorno. Es impensado imaginar si uno no conoce la historia de la virgen que en un pueblo tan chico pudiera levantarse una basílica tan grande y que sobre todo moviliza una fe gigante. Para quien es ajeno, cuesta imaginar tamaña manifestación arquitectónica, y de fe. Llegar a la basílica es la culminación del recorrido para el peregrino, y a la vez el inicio de un encuentro agradecido con la virgen en este santuario que puede recibir casi 10 mil almas bajo una cúpula monumental.
Pero el pueblo invita a quedarse y a conocer algo más de sus atractivos y su historia ligada a la religiosidad. Un buen recorrido se inicia en la Plaza Fray Luis de Bolaños, con sus puestos metálicos para llevar un recuerdo de la virgen, desde estampitas, imágenes, rosarios, a grandes figuras en yeso.
La plaza es como en todo pueblo, el lugar de encuentro natural de los vecinos. Dominan el espacio la estatua de Fray Luis de Bolaños, fundador del pueblo, y la bandera Argentina en alto. Vale la pena verla de arriba, subiendo a la terraza de la basílica, a 50 mts de altura, con el viento soplando en la cara. Mirar hacia abajo es ver todo el pueblo, el rio, y la vecina orilla de Paraguay. Mirar hacia arriba es encontrarse con la virgen en la cúpula a 88 mts de altura.
El santuario de Itatí se inauguró en la década del 50, pero existía su iglesia primitiva anteriormente que a pesar de haberse reconstruido nueve veces y haberse caído una de sus torres se mantiene en pie junto a la actual Basílica. Alberga a la santería y el Museo Sacro, con obras talladas por aborígenes y franciscanos, imágenes, pequeños altares, y confesionarios. Imperdible, el Cristo de la Piedad.
En el otro extremo de la plaza, la casa museo Guerí Vallejos, construcción de la época hispánica guaraní, con sus gruesos muros, su techo de carandaí y tacuaras. Cuenta con mobiliario típico y permite imaginar cómo se vivía en aquella época.
Tampoco está lejos el río y su costanera, el paseo de todos los días, con su muelle viejo, su balneario y sus pérgolas, para descansar en uno de sus bancos, mirando el horizonte sobre alguna de las islas o la costa de Paraguay. Justamente sobre la costa del río, también está el sitio de las calizas, el lugar sagrado donde fue encontrada la imagen de la Virgen después que fuera saqueada de Yaguarí y donde volvió a aparecer dos veces más. Sobre estas rocas, hoy se levanta la pequeña virgen morena. Llegar aquí, es más fácil gracias a un sendero y una escalera mosaiqueada diseñada por Helga Skogen, quien además eligió este lugar para vivir.
Carita de nogal, manitos de timbó, tallada hace más de 300 años, allí está erguida, en su santuario la señora de Itatí, patrona de Corrientes.
Dicen que la fe mueve montañas, no lo hemos visto, pero si a miles y miles de peregrinos movidos por la fe, llegar cada 16 de Julio a celebrar la coronación
de una virgen morena, que eligió por reino Corrientes, por trono Itatí.
Por Mariano Iturriaga
Conductor de “No está todo dicho” por Radio Dos.
