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Romántica Corrientes, la del Paisaje en Flor
El paisaje urbano va cambiando. Como si la Primavera quisiera adelantarse, los lapachos van sacando lo mejor de sí, y lo muestran a todos, animándonos a mostrar también nuestro mejor lado, en estos tiempos en que tanto se necesita.

Rosa la copa de los árboles, rosa las veredas, hasta la naturaleza nos invita a pensar que es bueno ver la vida color de rosa, y en estos días en que muchos perdimos la cuenta de que mes atravesamos, estos colores van anunciando una anticipada primavera, como si fuera un llamado para volver a prestar atención al calendario, y no solo dejar pasar los días porque sí. Algunas plazas, calles o avenidas nos regalan un espectáculo visual distinto a otras épocas. Ahí están, los árboles erguidos con sus colores rosados, blancos, amarillos, recortando los verdes de la ciudad. De nosotros depende hacer la pausa, levantar la mirada para observarlos y asombrarnos nuevamente con un estallido de colores que se estampa en un cielo azul de fondo para luego alfombrar los verdes.
Es solo observar, nada más que eso, y nada menos, volver a renovar nuestra capacidad de asombro, como cuando todo se nos revelaba por primera vez, en tiempos de la niñez.
Se los ve, en medio de las calles ruidosas de la ciudad, mezclados entre la gente, vistiendo plazas, o dibujando la típica postal en nuestra costanera. En medio de tantas cosas que han cambiado, en esta nueva normalidad que empezamos a transitar, los colores vuelven a pintar la ciudad, como invitando a pintar nuestra propia vida, a llenar ese lienzo en blanco que tenemos por delante cada amanecer.

A pesar de ser originarios de Sudamérica, la proliferación de ellos en nuestra ciudad se debe a la intervención de Higinio Schiffo, que, en 1951, siendo director de Parques y Paseos de Corrientes pobló el casco urbano de distintas especies de árboles, entre ellos el lapacho. Así nuestra costanera, las plazas, y varias calles en poco tiempo empezaron a cambiar la apariencia de la ciudad.
Semejante estallido de colores sirve de inspiración a poetas, compositores y da lugar a leyendas. Cuentan que Tupá, el Dios de los guaraníes, ante la separación de los hermanos "Tupí y "Guaraní" por distintos caminos, les dijo: "los dos serán conquistadores de tierras, y el símbolo de sus conquistas será el árbol de distintos colores con el nombre Tajý". Así, según la leyenda nuestra tierra guaraní quedó marcada por estos árboles.
Los lapachos anuncian que algo bueno está llegando, esa estación que expone la mejor versión de la naturaleza a la vista de todos. Saquemos lo bueno que hay en nosotros, que nuestra vida también florezca y mostremos al mundo nuestra mejor versión en este tiempo que está por venir. Nuestro cielo no ha cambiado, y podemos seguir llamando a nuestra romántica Corrientes, la del Lapacho en flor, la del paisaje en flor.
